lunes, 25 de enero de 2016

Metepatas 2



Esta es la primera metepatas de la que tengo memoria, no lo pongo por lo gracioso, que también puede serlo, sino por la añoranza que la tengo.
Os pongo en situación.
En el colegio, en lo que se llamaba EGB, en nuestra clase iba un compañero, digamos pasado de peso. Era un compañero con el que muchos nos llevábamos bien, en serio, debido a que era muy amigo del más “popular” de la clase y en mi caso, por ese afán que tengo de “proteger” al más débil, que desde pequeño me ha caracterizado, o eso tengo en mente, luego seguro que era un mamón de la leche, pero eso será otra entrada.
Aquí se le ve en clase de gimnasia

Pues bien, el comportamiento de este chico, por quinto o sexto, para mí, se vio alterado sobremanera, empezó a tener una actitud de soberbia que yo no llevaba bien. Nos despreciaba e incluso nos insultaba, entonces fue cuando se ganó el mote de FlashGordo, sí es un mote muy poco original, pero para nosotros fue un gran juego de palabras. Era cruel e incluso rozaba el mobing, pero de eso no estoy tan seguro, casi que parecía él quien nos despreciaba.
El de la izquierda era el amigo y el de la derecha yo

Pues por esas fechas, yendo con unos amigos del cole a un centro social deportivo, me crucé con este chico, al que yo llamaba ya sin problemas, FlashGordo. Le dije
-¡Hombre FlashGordo!
A lo que un hombre, que estaba a su lado, contestó muy airado
-Y tú Flah…gilipollas!
Esto me extraño, por venir de un adulto, eso sí, mis amigos y compañeros del cole, se despollaron de mi durante una temporada, fué raro porque se quedó así. Esto no hizo que le dejara de llamar así al compañero, ya que no era para humillarle, si no para recordarle que dejara de tocarnos las pelotas con su pedantería y soberbia. Lo que no conseguimos nadie de su grupo antiguo de clase.
Esta es mi cara tras ser llamado Flah...Gilipollas

El adulto resultó ser su padre, que puede que hubiera tenido que atajar el asunto de otra forma, hablando con los dos en ese momento y seguro que hubiéramos arreglado nuestras diferencias.
P.D.: perdieron mis amigos una gran oportunidad de llamarme flashgilipollas, como mote.